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sábado, 7 de marzo de 2009

Mi historia de la silla

Hace tiempo escuche que el conocimiento, así como el amor o la amistad son las únicas cosas que no se deben de tener para uno mismo porque el conocimiento es la posibilidad de engrandecernos juntos, el amor la raíz de lo que nos mueve y la amistad la razón por la que no vivimos solos. Y así como cada uno de nosotros no desearía morir solo, viejo o amargado (cosa rara porque parece mi destino). Como elementos de un mundo encontramos en el número fuerza para afrontar problemas que un solo individuo por su propia cuenta estaría casi imposibilitado a resolver.

te invito a ver mi otro blog: http://coyote-ch.blogspot.com/





A consecuencia de este mismo compartir el mundo nos trae una cosa mala que el hombre no comparte es egoísta ya lo decía gandhi “dios puso en la tierra cosas suficientes para mantener nuestras necesidades menos la ambición” así con este instinto de poseer más de lo que nos rodea así tantas veces nos quedamos y vivimos inconformes por lo que no tenemos. También trae consigo este mundo un vivir en soledad aún cuando estemos rodeados de personas o en la soledad verdadera de esa que parece que nos aparta porque pensamos, sentimos o queremos cosas que a la mayoría le parecen totalmente desadaptadas sentimos una soledad justa o injusta pero soledad al fin de creer que no hay personas como nosotros. Hasta el que tenga una canción tendrá tormentas porque las canciones no son solo las que contienen los cd son mas bien las canciones que cantaremos al mundo hace tiempo una psicóloga amiga mía me pregunto ¿Qué escribirías en el cielo si pudieras? y me explicó: el cielo significa la inmensidad, un mundo así que seria como escribir algo que todo el mundo pudiera ver, que la escritura significaba contar una historia así que, me dijo, que dependiendo de que historia contara es como pienso que los demás me ven o al menos es como quiero que me vean. Y a lo largo de nuestro camino encontramos sillas que nos invitan a sentarnos y dejar de caminar por el camino que hemos elegido para nosotros y entre más caminamos más sillas salen cada vez más cómodas, y otra vez parece que el destino juega contra nosotros. Porque cuando queremos avanzar nos pone descansos, cuando queremos volar nos pone en el peso en las alas y cuando queremos cantar nos pone nudos en la garganta.

Pero a caso la compañía no vale pagarla con soledad cuando esta compañía es como tu que te demuestra aún que sea por un instante que no eres el único ser que vive y siente como tu, cuando al contar tus historias tienen eco en alguien que las necesitaba y así aún que la ambición no desaparece de nosotros tampoco desaparecera la esperanza de cambiar el mundo y no importa si se llena de sillas la verdad.

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